Los rayos de sol penetran, en la mañana, por el cristal de mi habitación buscando tu piel para posarse en ella y bañarla de luz. Quieren acariciarla, ansiosos, besarla con sus brillantes partículas hasta teñirla de moreno dorado. Llegar hasta el más recóndito centímetro de tu cuerpo para posarse y crear su lienzo en él. Pero no van a pintar de color lo que es blanco inmaculado. La luna les hizo la competencia y llegó antes, mucho antes, dejando su palidez nocturna impresa en tu dermis. Ellos insisten, veo al trasluz las motas de polvo que bailan, oscilantes, flotando en el aire, riéndose de su búsqueda infructuosa.
Los rayos de sol quieren atravesar las sábanas de mi cama y llegar al fondo, conseguir encontrar tu cuerpo desnudo en mi lecho. Quieren amarte como yo y hacerte suyo, poseerte entero y quedarse pegados a ti hasta la eternidad. Pero no lo consiguen, solo encuentran mi cuerpo adormilado, soñando que estás junto a mi, buscándote con mis manos, imaginando que un día te encontraré bajo mis sábanas mientras la luz de la mañana atraviesa el cristal de la ventana para bañar tu piel desnuda junto a la mía.
Los rayos de sol seguirán buscándote mañana, igual que yo...
AUDIO: https://vocaroo.com/i/s0XxxNJm6nlX
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