miércoles, 18 de julio de 2018

LENGUA...JE

No necesito hablar de penes o vaginas para escribir erotismo. No necesito describir un coito con pelos... Y señales para erotizar a los lectores. No me hace falta poner en el papel expresiones como "clítoris bañado en un mar de deseo", "testículos inflamados por el ardor" o "tenía un publis pequeño y rasurado como un campo de minigolf donde era difícil meter la bolita". Tampoco necesito poner palabras como follar o echar un polvo para escribir sobre sexo. Ni que quien me lea se excite al imaginar escenas tórridas o prácticas sexuales depravadas al deslizar sus ojos por las líneas trazadas por mí. No me gusta que se confunda el erotismo con la pornografía, la delicadeza con vulgaridad, la insinuación con descaro. Sólo quiero que cuando alguien lee, imagine. Que su mente despierte al mundo de los sentidos y las sensaciones. Que sus ojos y oidos vean y oigan lo que no está descrito explícitamente. Que sus manos se muevan esperando encontrar algo al lado que acariciar, que sus labios se abran esperando ser besados. Todo eso aunque sea durante unos segundos, hasta que se de cuenta de que sólo estaba leyendo un pequeño relato que le llevó a otro lugar...

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