¿Qué palabras pueden describir la sensación de unos labios sobre
la piel? Ninguna parece ser suficiente para plasmar en el papel lo
que nos dice un simple beso. Un acto que despierta el alma y la
eleva, que acelera los latidos del corazón, que inunda la mente de
sensaciones placenteras. Es el simple contacto físico de dos seres
vivos, incluso de distintas especies. Porque el beso se puede dar a
un padre, a un hijo, a una pareja, a una mascota o incluso a un
desconocido… Es la transmisión del sentimiento profundo que
alguien puede sentir hacia otro semejante, del deseo, del amor o del
cariño puro. Es la demostración más sencilla del afecto hacia el
otro. Y despierta, en el que lo recibe, la satisfacción y la alegría
de ser querido o amado, la felicidad de ser correspondido, las ganas
de devolver lo recibido.
Porque un simple beso puede ser el comienzo de una vida compartida,
el inicio de una amistad duradera, el germen de una devoción
inquebrantable o el amparo que el solitario necesita. Un beso puede
significar más que todas las palabras que se puedan escribir para
cantar alabanzas al amor. Es el retrato que muestra de forma
inmediata, a quién lo recibe, lo que llevamos dentro del corazón.