Hoy toca menú picante. De primero serviré una sopa de marisco bien condimentada, con sus almejas, su langostino nadando en el caldo y mucho pescado. De segundo plato haré un buen chuletón, o quizás rabo de toro... Tal vez podría hornear un buen muslo de pollo, sería más fácil de digerir que el chuletón o el rabo. El pavo lo descarto, no me gusta porque parece más contundente que el pollo pero al final tiene menos sabor, es solo apariencia. El cabrito tampoco es una opción, demasiado complicado de cocinar y muy fuerte de digerir.
Lo acompañaré todo de ensalada con pepino, aliñada con sal y un poco de pimienta para darle ese picor tan característico. Y un buen chorrito de aceite para que esté todo bien lubricado. Evitaré la cebolla para que no haya lágrimas.
De postre me olvido de los soufless, que al final se bajan y se quedan en nada. Optaré por algo más saludable como la fruta: un buen plátano o un mango serían la opción ideal. Los lácteos también podrían entrar en la carta: un yoghourt griego, una cuajada...
Y tras un menú completo, nada mejor que una buena siesta.