martes, 23 de julio de 2019

CERRA...DURA

   Quieres abrir la puerta de mi cuerpo y no puedes, porque no te das cuenta que antes tienes que abrir mi corazón y mi mente. Quieres usar tu llave en la idea de que funcionará pero no es así. No hay un cerrajero mágico que consiga lo que no quiero ni lo que quieres tú. No quiero abrir mi puerta a quien no merece entrar. No quiero una llave que va de cerradura en cerradura intentando ser útil, abriendo todo lo que puede a su paso como si fuera una llave maestra, para no ver sus miedos e inseguridades. 
    Las llaves maestras solo sirven como sustitutas de las verdaderas, cuando se pierde la titular y no queda más remedio que usar la que vale para cualquier cosa en un momento de apuro, nada más. 
   Quiero una llave que venga con un buen llavero, aunque no sea bonito, que tintinee en mi entrada avisándome de que está esperando y que no tiene prisa por penetrar en la cerradura, que esperará el tiempo preciso sin salir huyendo hacia otro lado, que la mano que la sostenta sea  la misma capaz de acariciar en mi puerta y de recibir caricias, sin miedo, sin huir al menor síntoma de emoción. Que tenga la valentía de enfrentarse a qué quizás no sea la llave adecuada y a que puede fracasar en el intento, porque igual que Alí Babá, con las palabras mágicas y la actitud clara y honesta, a veces se abre la cueva sin falta de llave...